Lilia Almada: “la mujer es más señalada que el hombre en los reclusorios”
Lilia Almada: “la mujer es más señalada que el hombre en los reclusorios”
Lilia Almada (@lialmada) estudió Psicología Clínica en la UNAM. Es psicoterapeuta Gestalt, programadora neurolingüista, y se especializó en el Método de Aplicación Mental. Tiene 15 años impartiendo talleres de manera altruista en el penal para mujeres Santa Martha Acatitla y en el Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan. Es autora del curso Cómo crear otra realidad, y en 2015 inició con la grabación de un documental sobre su labor en los reclusorios y su relación con las internas.
Escucha aquí el podcast de la entrevista con Lilia Almada que se transmitió el 17 de febrero a través de Código Radio de la Secretaría de Cultura del DF.
Nancy Zamora: ¿Cómo es tu acercamiento a la psicología?
Lily Aldama: Como cualquier estudiante que llega porque tiene problemas en tu casa y quieres resolverlos.
N: ¿En qué te especializas?
L: No me recibí porque me desanimé de la
psicología, yo buscaba algo con más respuestas que después me lo dio el
Método de la Aplicación Mental.
N: ¿Cómo es que te adentras en este Método de Aplicación Mental? ¿Qué es lo que descubres en este procedimiento?
L: La psicología no respondió las dudas
que yo tenía y alguna vez alguien me dijo: “todo está en la mente”. Los
pensamientos crean situaciones, entonces empecé a entender porqué había
enfermos en mi casa, porque tenía muchos pensamientos sobre la
enfermedad. Mi mamá pensaba que nos iban a robar y siempre nos robaba
alguien: el plomero, el del gas, el abogado. Entonces yo me preguntaba
qué está pasando, y después obtuve las respuestas hasta que estudié
aplicación mental.
N: ¿Estudiaste en libros? ¿Tomaste cursos?
L: Durante seis años estudié la aplicación mental y eso me ayudo a liberarme de muchos problemas.
N: Y de eso ¿hace cuánto tiempo?
L: Tiene 21 años.
N: ¿Desde entonces has trabajado en la misma área?
L: Después de seis años en aplicación
mental estudié psicoterapia Gestalt, y también a la par, empecé a
estudiar un curso muy parecido a aplicación mental que parece que es es
religioso (pero no lo es), se llama curso de milagros: el poder del
pensamiento con un sentido espiritual.
N: Llevas más de 15 años dando talleres en las cárceles de mujeres, ¿Cómo inicio esta aventura?
L: Yo sabía que el curso de milagros era
muy bueno. Me contactó una amiga que daba este curso a los hombres en
la penitenciaria. Empecé a tomar el curso con ella, formó un grupo y al
año, me dijo que quería que la apoyara en una cárcel. Ya había estudiado
previamente seis años de aplicación mental, no quise ir a un penal de
hombres, entonces terminé ayudando en la cárcel de mujeres. Siempre me
ha gustado apoyar a las mujeres siento que es lo que más necesitamos,
apoyarnos entre nosotras. Desgraciadamente a veces existe la envidia y
situaciones negativas, por eso me decidí ir al penal, y desde que
inicié ha sido una experiencia maravillosa.
N: ¿Qué tipo de talleres impartes?
L: Todo tiene que ver con el poder del
pensamiento, es un curso de milagros. También les doy sanaciones
energéticas y meditación. En estos talleres ellas aprenden a pensar de
otra manera, porque generalmente piensan en su contra, se sienten
culpables, no se aman y han generado muchos problemas por la falta de
amor a sí mismas. En esos talleres ellas aprenden a amarse y a amar a
los demás en equilibrio, se quitan la codependencia y las relaciones
tóxicas, van sanándose. Se ve en ellas el cambio: de ser mujeres
violentas se van transformando en mujeres pacíficas, tolerantes,
sensibles, mejores madres, mejores mujeres, mejores parejas. Aprenden a
definirse más como mujeres cuando quieren romper con una pareja, se les
quita el miedo y con este conocimiento ellas aprenden a sanarse.
N: ¿Qué tipo de dinámicas son las que haces? ¿Cómo trabajas con ellas?
L: Ellas trabajan en grupo y también
leen un libro. Hacemos ejercicios que representan afirmaciones, las
primeras afirmaciones del curso de milagros son dejar de ser negativas.
Todos los seres humanos traemos un programa que nos ha enseñado a pensar
de la forma en la que pensamos, pero la mayoría de la gente no sabe que
lo trae. Entonces a ellas se les enseña a desprogramarse con los
ejercicios y a tener una mente más limpia, con menos pensamientos
tóxicos en su contra y llegan a tener pensamientos más elevados de amor,
paz, salud, bondad, y eso es lo que generan.
N:
¿Qué tan difícil es entrar a en la vida de las internas? ¿Qué tan
difícil es entrar en la vida de una mujer en estas condiciones?
L: No soy la única que va a un
reclusorio, hay muchas personas que hacen lo mismo que yo de manera
altruista o que representan empresas y entidades que las apoyan. Ves a
alguien en el curso y entre ellas se comentan: “este curso me ayudó
muchísimo, entra, te va a ayudar a estar tranquila”, y así, poco a poco.
N: ¿Tu propones tu curso en la cárcel y las internas pueden inscribirse? ¿De qué manera pueden tomar tu curso?
L: Yo entré por Proyecto Luz, una
fundación que se creó hace como 25 años para incluir este programa de
talleres para apoyar a mujeres en todas las cárceles de la ciudad de
México. Proyecto luz es un cambio de mentalidad, eso es lo que nosotros
logramos. Las internas buscan a personas que hacen labores como las de
proyecto luz que les ayuda a poder superarse, empiezan a probar el
curso, luego se pasan la voz y así es como se van sumando varias
mujeres.
N: ¿Con cuantas mujeres trabajas en la cárcel para mujeres de Santa Martha?
L: tengo cerca de 30 mujeres, pero a veces son 10 o 50 cada lunes.
N: ¿Cuáles son los cambios en su comportamientos que ves en las mujeres después de tomar tu curso?
L: Todas las emociones tóxicas se van
eliminando. Ellas se vuelven más tolerantes, amorosas, comprensivas y
menos agresivas. Participan más, aprenden a ser responsables, no se
sienten culpables pero sÍ responsables. Dejan de echarle la culpa al
mundo, de sentirse víctimas, se empoderan y se sienten bien consigo
mismas, eso es muy importante porque se lo transmiten a todas las
personas con las que tienen alguna relación, entonces mejora todo su
núcleo familiar, porque si ellas están bien, mejora todo su entorno.
N:
Me imagino que depende mucho el trabajo personal, pero aproximadamente
cuánto tiempo pasa en lo que tu logras distinguir esos cambios que
mencionas
L: Si ellas de verdad quieren mejorar su
vida, eso es fundamental para lograr un buen cambio, si ellas están
cansadas de su mal carácter, de su falta de salud, pues le echan todas
las ganas y eso hace que más rápidamente logren cambios. Hay mujeres que
en unos meses logran cambios impresionantes a otras les toma años,
depende de cada quien.
N: ¿Qué es lo que le preocupa a una mujer en la cárcel? ¿Qué es lo que siente, qué es lo que piensa?
L: La mujer es más señalada que el
hombre. La mujer en la cárcel es normalmente abandonada. Hay mucha
violencia y a las mujeres no se les perdona fácilmente los errores,
cuando ellas cometen un error las abandonan, entonces ellas buscan estar
mejor, conciliarse consigo mismas, y yo les ayudo mucho a que ellas se
empoderen, que se quiten el juicio hacia ellas y se perdonen.
N: ¿Por qué tipo de delitos están esas mujeres ahí?
L: La mayoría por robo o fraude, aunque
también hay algunas que cometieron un homicidio o que fueron
secuestradoras. Yo las trato igual a todas, bromeamos mucho. Casi nunca
les pregunto porqué vienen, con el tiempo ellas me dicen. Pero he visto
cambios muy importantes, a tal grado que agradecen haber estado en la
cárcel porque su vida antes era un caos, salen totalmente diferentes y
felices.
N: ¿Qué te ha dejado colaborar de manera altruista en los penales?
L: Estoy trabajando mi ego, estoy
trascendiendo y mejorando todos los días, porque decir vamos a ser
tolerantes es una cosa y practicar la tolerancia todos los días es otra,
el amor, la bondad, la paz y todo lo que es nuestra esencia. Entonces
eso es lo que yo hago, enfrento mis propios temores, los supero, son
desafíos y es un cambio que yo estoy teniendo con este un proceso de
quince años ahí.
N: ¿Te has llevado alguna mala experiencia?
L: Justamente el curso te sirve para
entender las emociones y ponerte en los zapatos de los demás, pero no
sentir la misma emoción, entonces puedes ver el problema de una persona
sin involucrarte emocionalmente.
N: ¿Qué es lo que buscas con estos cursos?
L: Empiezo con mi sanación para poder
ayudar a sanar a otras personas. Estoy compartiendo todo lo que
experimento de bienestar y de tener las emociones dominadas por mí,
ese es el objetivo, y yo creo que es un objetivo padrísimo para
cualquier ser humano pero hay que llevarlo a la práctica.
N: Estás filmando un documental que se va a llamar, tentativamente, La Altruista, cuéntanos sobre este proyecto.
L: Es una idea mía, estamos empezando a
filmar en Santa Martha. La idea que tengo es que, la vivencia que tiene
una altruista. Todo surge con esta pregunta: ¿Qué pasa con los
altruistas que ayudan en las cárceles?, ¿Cómo es la vida de un
altruista? ¿A qué se enfrenta? Además de destacar los casos de éxito.
N: Se nos acaba el tiempo Lily, ¿quisieras dejarnos alguna página, algún contacto?
L: Sí, mi página es www.lilyalmada.com y mi correo lilycuantica24@yahoo.com.mx
Transcripción de Valentina Éboli.
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